Ubicada en una zona privada y tranquila, esta finca tradicional ha sido completamente renovada, combinando su esencia histórica con el máximo confort moderno. Con más de 400 años de historia, la propiedad se encuentra en un enclave privilegiado, ofreciendo impresionantes vistas a Formentera, Ibiza y el puerto.
Los gruesos muros de casi 1 metro de espesor conservan la esencia de la finca, garantizando un ambiente fresco y acogedor en todas las estancias.
Una finca única donde la privacidad, la tradición y el lujo se fusionan para ofrecer una experiencia inigualable en el corazón de Ibiza. Una oportunidad exclusiva para los amantes de la autenticidad y el confort.